Apenas iniciado el 2024, podemos señalar sin riesgo a equivocarnos que nos encontramos en un momento crítico para la reflexión dentro del complejo tablero geopolítico y económico global al que nos enfrentamos. Este período nos desafía a replantear nuestras estrategias energéticas en busca de soluciones que no solo atiendan a la urgencia de la seguridad energética, sino que también se alineen con los imperativos del cambio climático y la sostenibilidad ambiental.
La primavera se desplegará en breve con su esplendor característico: los árboles reverdecen, las flores despiertan y la naturaleza se renueva. Pero tras esta aparente armonía, se esconde un dilema complejo que enfrentan nuestras ciudades modernas: ¿cómo equilibrar las necesidades de “reverdificación” y adaptación al cambio climático con las expectativas y hábitos de los ciudadanos?
Luis Medina-Montoya Hellgren
Consultor en sostenibilidad y resiliencia urbana, experto en economía circular, ESG y desarrollo sostenible
Galicia cuenta con una red formada por 4 plantas de biorresiduos (una por provincia) y 13 plantas de transferencia de apoyo. Con estas infraestructuras se consigue que la práctica totalidad de los 295 ayuntamientos adheridos a Sogama dispongan de una planta de biorresiduos o de transferencia a menos de 50 km de distancia, contribuyendo con ello a un importante ahorro de costes, tanto económicos como medioambientales al disminuir las emisiones de CO2 derivadas del transporte. Con distintas tecnologías, las plantas de biorresiduos incorporan los procesos industriales más eficientes y las medidas ambientales más innovadoras y exigentes, estando alimentadas por energías renovables. En este reportaje describimos la planta de biorresiduos de Vilanova de Arousa (Pontevedra), la planta de biorresiduos de Verín (Ourense) y la planta de biorresiduos de Cervo (Lugo).
Entrevista a Ainhöa Lizarbe, Directora de RR. II. y Comunicación de SIGAUS y GENCI.
En la Unión Europea, se está llevando a cabo una profunda transformación regulatoria y estratégica destinada a la transición ecológica y a la descarbonización de nuestra economía. Respaldada con fondos públicos, esta revolución tendrá un impacto significativo en el ámbito económico, social y medioambiental de empresas, entidades gubernamentales y organizaciones, tanto del sector público como privado. En este momento crucial, lleno de retos y oportunidades, el mar y la economía azul europea tienen un papel fundamental.
María Gálvez del Castillo Luna. CEO de Smart Blue Lab y Embajadora del Pacto Climático Europeo.
Vicent Martínez Sanz, investigador en Reciclado Mecánico en AIMPLAS.