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José Ragán Salto – Director de Operaciones Área TIC - Departamento I+D+i de ACERTA
La Inteligencia Artificial (IA) se ha convertido en un eje fundamental de transformación tecnológica y económica, pero también ha traído consigo nuevos desafíos medioambientales. Los algoritmos verdes surgen como respuesta a esta nueva realidad: son algoritmos diseñados para minimizar su impacto ambiental a lo largo de su ciclo de vida, desde la fase de entrenamiento hasta su ejecución en producción. Estrechamente relacionados con el concepto de IA sostenible, buscan conjugar el progreso tecnológico con la preservación del entorno. En este contexto, la regulación y el impulso de marcos estratégicos como el Plan Nacional de Algoritmos Verdes en España resultan cruciales para fomentar una innovación responsable que esté alineada con los principios ESG (Medioambiente, Sociedad y Gobernanza).
La adopción masiva de IA en prácticamente todos los sectores industriales ha traído consigo beneficios indudables en eficiencia, productividad e innovación. Sin embargo, este crecimiento también implica un consumo energético muy elevado. Por ejemplo, el entrenamiento de grandes modelos de lenguaje como GPT-3 requirió más de 1.287 MWh de electricidad, equivalente al consumo anual de alrededor de 120 hogares en Estados Unidos.
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