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Las paradas no planificadas en la producción industrial pueden tener un impacto significativo en la economía de las empresas.
Éstas interrupciones no programadas en las plantas industriales afectan a toda la cadena de producción, desde la avería de las máquinas hasta la pérdida de rentabilidad y eficiencia.
Esto supone soportar costes inesperados de reparación y reinicio. Los sectores más sensibles a sufrir una parada inesperada suelen ser los más regulados y dependientes de operaciones continuas.
Es un sector que está muy regulado, obligado a cumplir estrictas normas de seguridad e higiene en todo su proceso de producción, suministro y logística.
Las paradas no programadas pueden generar retrasos en la entrega de los productos, pérdida o deterioro del producto por su carácter perecedero y contratos logísticos incumplidos.
En 2022, la FIAB en su informe económico indica que las paradas no planificadas generan un impacto medio del 5% al 8% sobre el coste operativo anual y que se pueden duplicar en caso de que las líneas de producción estén altamente automatizadas.
Se estima que las paradas no planificadas en la industria farmacéutica pueden representar hasta un 12% de la capacidad productiva anual (dependiendo del producto fabricado y del tamaño de la planta) y no sólo por detener la fabricación sino también por el tiempo que lleva volver a validar procesos y control de calidad post reinicio.
Una parada no programada en la industria farmacéutica puede causar diversos problemas, desde el aumento de costes hasta la afectación de la calidad del producto y la seguridad de los empleados.
La interrupción en la producción en la industria química tiene un impacto mayor que el resto de los sectores y se calcula un coste de hasta el 20% de la producción anual en plantas complejas, además de los riesgos medioambientales y de seguridad.
En todos los sectores analizados se puede extraer la misma conclusión: una hora de parada puede equivaler a semanas de recuperación económica.