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El sector fabricante de pasta y papel es una de las principales industrias manufactureras de España, con 73 centros de producción y una facturación anual de más de 5.200 millones de euros. Genera casi 17.000 empleos directos y alrededor de 85.000 indirectos, impulsando el desarrollo de economías locales, especialmente en zonas rurales. Su papel es clave en la cadena de valor de la celulosa, papel y cartón, con una variedad amplia de productos que abastecen a sectores estratégicos como el envasado, la comunicación gráfica y la higiene. Esta capacidad productiva, unida a un modelo de negocio basado en la economía circular, convierten a la industria papelera en un motor económico sostenible y en constante evolución.
Además de su impacto económico, la industria ha asumido como propio el reto de la sostenibilidad, invirtiendo en procesos más eficientes y circulares. Gracias a este compromiso, España es líder en reciclaje de papel en Europa y continúa avanzando en la descarbonización de su producción. El futuro del sector papelero pasa por seguir alineando crecimiento económico y sostenibilidad, demostrando que es posible construir un modelo productivo sin sacrificar el cuidado del medio ambiente. Dentro de este compromiso, desde el sector pastero-papelero se trabaja en las siguientes líneas:
Gestión forestal sostenible, los cimientos de una industria responsable
La gestión forestal sostenible es esencial para preservar los ecosistemas y garantizar un suministro continuo de materia prima natural y renovable. Aplicar estrategias de gestión sostenible permite reducir el abandono del territorio, generar discontinuidad en las masas forestales y conservar la biodiversidad. Además, mejora la resiliencia de los bosques ante posibles amenazas como incendios o plagas y facilita la captación de carbono, ayudando a mitigar el cambio climático.
En España, el 55% del territorio está cubierto por superficie forestal, una cifra que nos sitúa por encima de la media mundial (33%) y que refleja el gran patrimonio que tenemos que conservar. Para ello, el sector cuenta con herramientas como las certificaciones de PEFC y FSC, que promueven la trazabilidad de la madera y la adopción de buenas prácticas en la gestión forestal desde la triple perspectiva económica, ambiental y social. Esto no solo protege el medio ambiente, sino que también impulsa el desarrollo económico de las comunidades rurales y fomenta la vertebración territorial.
En definitiva, la sostenibilidad es una realidad palpable en toda la cadena de valor y comienza por la obtención de la materia prima. Las plantaciones que suministran madera para la fabricación de papel se replantan continuamente, actuando como sumideros de carbono y contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.
Desde ASPAPEL trabajamos constantemente para impulsar la gestión forestal sostenible, fomentamos buenas prácticas en toda la cadena de valor y, además, generamos conciencia en la sociedad sobre la importancia del cuidado y protección de nuestras masas forestales. Fruto de este compromiso, recientemente hemos relanzado el proyecto Edufores, que pone a disposición de la comunidad educativa materiales didácticos para formar a los más jóvenes sobre la gestión sostenible de los bosques y cómo nos aportan productos naturales, renovables y circulares, como el papel.