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Cada año, miles de litros de aceite de cocina usado acaban en la basura o en el desagüe, generando un grave problema ambiental y complicando la gestión de aguas residuales.
Frente a este desafío, un grupo de empresas valencianas, entre las que se encuentra AIMPLAS, Instituto Tecnológico del Plástico, han unido fuerzas en el proyecto VALCOOKOIL, con el objetivo de transformar estos residuos en materias primas reutilizables en la industria de la detergencia, en línea con los principios de la economía circular.
El proyecto está coordinado por Cleanity Recycling Waste S.L.U. y cuenta con la participación de Orobrands, Altair Group S.A.U., Instalaciones Industriales Grau S.R.L., Universitat de València y AIMPLAS, que aporta su experiencia en valorización de residuos y desarrollo de materiales avanzados.
El objetivo central de VALCOOKOIL es desarrollar un sistema innovador de recuperación, purificación y transformación de aceites de freiduría usados (ROs) para obtener oleínas de alta calidad, que puedan emplearse en el diseño de detergentes de uso doméstico.
A diferencia de otros proyectos que se quedan en la escala de laboratorio, VALCOOKOIL contempla el diseño y validación de nuevas formulaciones de detergentes y jabones, con el propósito de demostrar que el aceite usado puede convertirse en una alternativa real y sostenible a las materias primas derivadas del petróleo.
“El aceite de cocina usado es un residuo abundante y complejo de gestionar, pero también una oportunidad. Nuestro objetivo es convertirlo en una materia prima viable para el mercado de la limpieza en el hogar”, ha señalado Adolfo Benedito, investigador en Descarbonización en AIMPLAS.
Uno de los grandes retos del proyecto es eliminar los contaminantes presentes en los aceites usados, tanto orgánicos como inorgánicos. Para ello, el equipo de investigación desarrolla materiales híbridos filtrantes de nueva generación, que combinan espumas celulósicas con estructuras porosas tipo MOF (Metal-Organic Frameworks) diseñadas por el equipo liderado por Emilio Pardo en el Instituto de Ciencia Molecular (ICMol) de la UV. Estos materiales garantizan un alto grado de reciclabilidad y aportan un claro beneficio medioambiental.
Estos filtros avanzados ofrecen una filtración selectiva y de alta eficiencia, lo que permite obtener oleínas más puras y adecuadas para su posterior transformación en productos de limpieza.
El sistema se validará en un prototipo experimental de laboratorio, que recreará todas las fases del proceso: desde la recogida y pretratamiento del aceite hasta la obtención de oleínas listas para su uso en detergentes y jabones. En este sentido, Benedito ha explicado que “trabajar con residuos como el aceite de cocina implica diseñar soluciones a medida. Con estos nuevos materiales buscamos un proceso eficaz, escalable y sostenible.”
VALCOOKOIL no solo ofrece una solución a un problema de residuos, sino que también contribuye a reducir la dependencia externa de materias primas. Al reintroducir el aceite usado en la cadena de valor, el proyecto abre la puerta a productos de limpieza más sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.
La iniciativa se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente con el ODS 12 (Producción y consumo responsables) y el ODS 13 (Acción por el clima), reforzando el compromiso de la Comunitat Valenciana con un modelo económico circular.
“Este proyecto demuestra cómo la colaboración entre empresas, universidades y centros tecnológicos puede generar soluciones innovadoras con beneficios ambientales, económicos e industriales”, ha concluido Adolfo Benedito.
Este proyecto cuenta con la financiación del Instituto Valenciano de Competitividad e Innovación (IVACE+i), a través del programa de Proyectos Estratégicos en Cooperación en su convocatoria de 2024, y los fondos FEDER.
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