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El nuevo informe de la Fundación Fórum Ambiental sitúa a España ante una evidencia incontestable: los avances en la gestión de residuos municipales son reales, pero insuficientes para cumplir los objetivos europeos. El estudio pone sobre la mesa carencias estructurales —desde la recogida separada hasta la calidad de los datos— y llama a reforzar el liderazgo institucional y la implicación ciudadana para acelerar la transición hacia una economía verdaderamente circular.
España encara un momento decisivo en la gestión de sus residuos municipales. El nuevo informe Residuos municipales en España: Balance del cumplimiento de objetivos legales y retos pendientes, elaborado por la Fundación Fórum Ambiental en octubre de 2025, dibuja un panorama claro: los avances son reales, pero el ritmo sigue siendo insuficiente para cumplir los compromisos europeos. Sin embargo, aún hay margen para la reacción si se actúa con coherencia, liderazgo y visión compartida.
Basado en los últimos datos oficiales del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el estudio analiza ocho indicadores normativos clave. El resultado global, representado mediante un sistema tipo semáforo, deja poco lugar a dudas: solo uno de los ocho objetivos se ha alcanzado o está próximo a cumplirse. Los demás avanzan con lentitud, mostrando carencias estructurales que impiden el salto hacia un modelo verdaderamente circular. Como resume el informe, “los datos disponibles no solo reflejan un desfase en el cumplimiento de los objetivos, sino también una falta de metodología homogénea y de transparencia que impide conocer con exactitud el punto real en el que nos encontramos”.
El desafío de la recogida y la separación
La recogida separada es la base del sistema, pero en España apenas alcanza el 26,7 %, muy lejos del 50 % exigido para 2035. Este porcentaje, además, deberá recalcularse bajo el nuevo método europeo que cambia el modo de contabilizar la recogida efectiva —centrándose en el material realmente separado y no en lo simplemente recogido—, lo que previsiblemente reducirá las cifras actuales. La fracción orgánica —que representa cerca del 40 % del total de residuos municipales— sigue siendo la gran tarea pendiente. Aunque su recogida separada es obligatoria desde 2022, su implantación efectiva continúa siendo desigual y limitada. Sin esa separación en origen, el reciclaje pierde eficacia y se reduce la calidad de las materias primas secundarias.
A este escenario se suma una cuestión esencial: la implicación ciudadana. Mientras el ciudadano no perciba que su esfuerzo tiene un efecto directo y visible, será difícil mejorar las tasas de separación. Por eso, la comunicación y la sensibilización deben pasar de ser un complemento a un eje central de la estrategia. Explicar el sentido de las medidas, mostrar resultados y reconocer los esfuerzos colectivos es una condición indispensable para lograr un cambio de hábitos duradero.
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