11 de noviembre, 2025
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El cambio climático y el abandono rural están poniendo en jaque a los bosques españoles. El proyecto BioPirineo, desarrollado en el Pirineo aragonés, propone una alternativa: convertir la gestión forestal sostenible en motor económico, herramienta de prevención de incendios y vía de futuro para las comunidades de montaña. Un modelo piloto que demuestra que cuidar el monte también puede generar vida y empleo.

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El verano de 2025 ha dejado una huella profunda en el paisaje forestal español. Las altas temperaturas, la prolongada sequía y el abandono de muchos montes han provocado una de las temporadas más graves en décadas, con centenares de miles de hectáreas calcinadas en todo el país. Esta situación ha vuelto a poner sobre la mesa una evidencia que los expertos llevan años señalando: los incendios no se apagan en verano, se previenen durante todo el año. Y para ello, la gestión forestal sostenible se revela como una herramienta clave. En ese contexto surge BioPirineo, un proyecto que busca transformar la relación entre los bosques, las comunidades rurales y la economía verde en el Pirineo aragonés, con el propósito de servir de modelo para toda España.

Un nuevo enfoque para un problema estructural

La gestión forestal sostenible es un concepto que va mucho más allá de la conservación. Implica entender el bosque como un sistema vivo, productivo y dinámico, capaz de generar recursos, empleo y servicios ambientales sin comprometer su equilibrio ecológico. España cuenta con más de 28 millones de hectáreas de superficie forestal, pero gran parte de ellas se encuentra en un estado de abandono o infrautilización. Este abandono, fruto del éxodo rural y la falta de rentabilidad de las actividades forestales tradicionales, se traduce en acumulación de combustible vegetal y, por tanto, en un riesgo creciente de incendios de alta intensidad.

Frente a este panorama, BioPirineo propone una mirada diferente: gestionar el bosque desde la economía, la ciencia y la comunidad. Se trata de un proyecto piloto de bioeconomía forestal que busca convertir la gestión sostenible en una oportunidad de desarrollo rural, creando valor añadido a partir de los recursos naturales del territorio.

Qué es BioPirineo

BioPirineo es una iniciativa impulsada por la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES), el Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC), el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) y la asociación eco-unión. Financiado por la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (Next Generation EU), el proyecto se desarrolla en los Valles Occidentales del Pirineo aragonés y tiene una duración aproximada de dos años, desde 2024 hasta finales de 2025.

Su objetivo principal es diseñar y poner en práctica un modelo de gestión forestal que combine sostenibilidad ambiental, viabilidad económica y cohesión social. En otras palabras, demostrar que el bosque puede ser una fuente de riqueza, empleo y bienestar para las comunidades locales, a la vez que contribuye a la mitigación del cambio climático y a la prevención de incendios.

La gestión forestal como prevención

El corazón del proyecto reside en la gestión activa y sostenible del monte. BioPirineo ha desarrollado planes de ordenación forestal adaptados a las características de los valles pirenaicos, donde la diversidad de ecosistemas, la pendiente y el clima hacen necesario un enfoque técnico y sensible al territorio. Los trabajos se centran en reducir la carga de combustible vegetal, fomentar la diversidad estructural del bosque y mejorar su resiliencia frente a los efectos del cambio climático.

Las actuaciones incluyen tratamientos silvícolas, desbroces, apertura de zonas de pasto y recuperación de usos tradicionales como el silvopastoreo, donde la ganadería extensiva ayuda a mantener el equilibrio del ecosistema y reduce el riesgo de incendios. Además, el proyecto incorpora un componente formativo muy destacado: estudiantes y profesionales del sector forestal participan en programas prácticos para aprender sobre técnicas de gestión sostenible, planificación y aprovechamiento responsable de los recursos naturales.

La idea es clara: un bosque gestionado no sólo es más productivo, sino también un bosque con mayor biodiversidad y conservación. La prevención se convierte así en la primera línea de defensa frente al fuego, y en una estrategia de futuro que genera empleo verde y valor local.

El impulso de la bioeconomía forestal

Uno de los pilares de BioPirineo es la creación de una economía circular basada en los recursos del bosque. La llamada bioeconomía forestal busca aprovechar de forma sostenible los productos y subproductos que ofrece el monte: madera, biomasa, resinas, setas, plantas aromáticas y medicinales, entre otros. Estos recursos, bien gestionados y transformados localmente, pueden convertirse en un motor económico para territorios rurales que hoy sufren despoblación y falta de oportunidades.

El proyecto trabaja en la identificación de cadenas de valor que permitan vincular a los productores forestales con mercados sostenibles. También se están desarrollando estudios de trazabilidad y certificación forestal, esenciales para garantizar que los productos proceden de una gestión responsable y puedan acceder a los circuitos de consumo verde tanto nacionales como europeos.

La innovación no se limita al aprovechamiento de recursos. BioPirineo promueve la creación de sinergias entre sectores como el turismo sostenible, la educación ambiental y la investigación científica, para que el bosque se convierta en un eje transversal de la economía local. En este sentido, el proyecto demuestra que la sostenibilidad no es una limitación, sino una oportunidad de diversificación económica.

Transferencia de conocimiento y replicabilidad

Otro de los objetivos esenciales de BioPirineo es generar conocimiento aplicable a otros territorios. Para ello, se están elaborando guías técnicas, estudios de casos y materiales formativos que documentan los procesos y resultados obtenidos. Además, el proyecto organiza jornadas, seminarios y talleres dirigidos a técnicos, gestores forestales, administraciones y comunidades locales, con el fin de compartir experiencias y promover una red de aprendizaje en torno a la gestión forestal sostenible.

La idea de replicabilidad es fundamental. Lo que se está desarrollando en los valles del Pirineo aragonés puede servir como referencia para otras regiones de montaña de España o incluso de Europa, donde se enfrentan retos similares: abandono del medio rural, pérdida de aprovechamientos tradicionales, aumento del riesgo de incendios y necesidad de diversificar las economías locales.

Un modelo integrador

La principal fortaleza de BioPirineo radica en su visión integradora. El proyecto no se limita a intervenir en el bosque desde una perspectiva técnica, sino que busca conectar la gestión forestal con la vida social y económica del territorio. Esto implica trabajar con ayuntamientos, propietarios forestales, ganaderos, empresas locales y centros de investigación. Todos ellos forman parte de una misma red que entiende que la sostenibilidad no se logra desde un único frente, sino desde la colaboración.

Esta aproximación territorial tiene también un componente humano muy relevante. En los pueblos de montaña, donde el despoblamiento y el envejecimiento son problemas estructurales, la gestión forestal puede convertirse en una palanca de arraigo. Mantener vivo el monte significa también mantener vivas las comunidades que lo habitan. Cada hectárea gestionada representa una oportunidad de empleo, de innovación y de futuro para las zonas rurales.

España ante el reto de la gestión forestal

Aunque BioPirineo actúa en un área concreta, sus enseñanzas resultan extrapolables a toda España. El país afronta un desafío de enorme magnitud: millones de hectáreas de bosque con baja o nula gestión, fragmentación de la propiedad forestal, falta de coordinación institucional y una limitada cultura de aprovechamiento sostenible. A ello se suma el impacto creciente del cambio climático, que agrava los periodos de sequía y multiplica el riesgo de incendios de gran intensidad.

Frente a este escenario, proyectos como BioPirineo aportan una visión renovadora. La gestión forestal sostenible no es una opción, sino una necesidad estratégica. Requiere políticas públicas que incentiven la gestión activa, inversiones en bioeconomía rural y una apuesta decidida por la investigación y la formación. También exige que la sociedad urbana reconozca el valor de los servicios ecosistémicos que los bosques prestan: desde la captura de carbono hasta la regulación del agua, la conservación del suelo o la biodiversidad.

Los primeros resultados

A pesar de su corta trayectoria, BioPirineo ya ha logrado avances significativos. Se han puesto en marcha actuaciones de mejora forestal en montes de los Valles Occidentales y otras zonas del Pirineo, se han realizado jornadas de difusión sobre la gestión forestal sostenible y se han desarrollado programas formativos en los que han participado centros como el CPIFP Montearagón. También se han impulsado iniciativas relacionadas con la valorización de plantas aromáticas y medicinales, mostrando cómo el aprovechamiento sostenible puede abrir nuevas vías de desarrollo para los pueblos de montaña.

Estos primeros pasos confirman que el modelo es viable y que, con el apoyo adecuado, puede extenderse a otros territorios. BioPirineo está demostrando que la gestión forestal sostenible no solo mejora la salud del monte, sino que contribuye a fortalecer el tejido social y económico de las zonas rurales.

Mirando al futuro

El desafío ahora es consolidar los logros y convertir esta experiencia piloto en una política estructural. Para ello será esencial mantener la cooperación entre administraciones, centros de investigación, empresas y comunidades locales. También será necesario reforzar los mecanismos de financiación que permitan mantener la gestión activa a largo plazo, más allá de los periodos de subvención.

El bosque, entendido como un sistema ambiental, social y económico puede ser una de las grandes bazas de España frente al cambio climático y la despoblación. Pero para ello es imprescindible cambiar la mirada: del abandono a la gestión, de la reacción a la prevención, del gasto a la inversión. BioPirineo representa precisamente ese cambio de paradigma.

El proyecto BioPirineo es una muestra de cómo la gestión forestal sostenible puede convertirse en una estrategia integral para proteger y conservar el medio ambiente, impulsar la economía rural y fortalecer el vínculo entre las personas y su territorio. En un momento en que el fuego, la sequía y el cambio climático amenazan los ecosistemas forestales de todo el país, iniciativas como esta marcan el camino hacia un futuro en el que la prevención, la innovación y la cooperación sean las verdaderas herramientas para cuidar nuestros bosques.

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