Empresas Premium
Se ubicará en el propio Complejo Medioambiental de Sogama, donde ocupará una superficie de 8.000 m2, y contará con una capacidad inicial para 3.000 toneladas anuales, ampliable hasta 24.000. La previsión es que la instalación esté culminada en el segundo trimestre de 2026 y, en una primera fase, creará entre 16 y 30 empleos directos, que se cubrirán, con carácter preferente, por personas con discapacidad y/o en riesgo de exclusión social.
Sogama ha adjudicado a la UTE Espina Obras Hidráulicas-Setec Building, con la solvencia textil de Arroupa (entidad de economía social), y por un importe de 22.480.815 euros (IVA incluido), la obra y gestión integral de la primera planta pública de clasificación de residuos textiles, que se ubicará en el propio Complejo Medioambiental de Cerceda (A Coruña), ocupando una superficie de 8.000 m2. Con una capacidad inicial para 3.000 toneladas anuales, podrá tratar hasta 24.000.
Con esta instalación, caracterizada por ser una iniciativa tractora e integradora, se da respuesta a las exigencias contempladas en la ley 7/2022, de 8 de abril, de residuos y suelos contaminados para una economía circular, que obliga a los ayuntamientos a recoger los residuos textiles de forma diferenciada desde el 1 de enero del año en curso, y a las empresas del sector a incorporar a sus productos un porcentaje de fibra reciclada. Asimismo, se atiende a las necesidades de la sociedad en su conjunto, toda vez que, a día de hoy, el 90% de los residuos textiles, que crecen de forma exponencial debido al consumo de moda rápida, acaban en vertedero.
A partir del proyecto básico proporcionado por esta empresa pública, la adjudicataria debe encargarse de la redacción de los proyectos, informes y estudios necesarios para obtener y agilizar las correspondientes licencias y autorizaciones administrativas, teniendo en cuenta que la instalación debe estar culminada en el segundo trimestre de 2026.
En todo caso, la propia edificación debe cumplir con distintos criterios de sostenibilidad tales como el uso de materiales reciclados, que, además, sean duraderos y fáciles de mantener; soluciones de ahorro energético, dando prioridad a la luz natural de los distintos espacios; mejoras vinculadas al ahorro del consumo de agua; y análisis del ciclo de vida del edificio, es decir, análisis del impacto que tendrán los materiales utilizados, tanto en la fase de fabricación y construcción, como en la de explotación y demolición.
La planta generará, en una primera fase, entre 16 y 30 empleos directos que se cubrirán, con carácter preferente, por personas con discapacidad y/o en riesgo de exclusión social.
Una vez recepcionados los textiles en la instalación, se someten a una preclasificación a fin de separar aquellas prendas que se encuentren en buen estado para destinarlas a reutilización. Las restantes atraviesan un proceso de clasificación con inteligencia artificial mediante el cual se consiguen segregar los textiles por composición y colores. A continuación, se separan elementos impropios y accesorios tales como botones, cremalleras, etc.
Los tejidos resultantes se prensan y envían a los centros recicladores para transformarse en fibra textil reciclada, aunque también pueden contemplarse otros usos, como son los productos aislantes. Aquellos textiles que, dadas sus características, no pueden ser reutilizados ni reciclados, serán valorizados energéticamente, evitando que acaben enterrados en vertedero, la peor de las opciones debido a su negativo impacto ambiental y sobre la salud.
|