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Cataluña ha mantenido un compromiso firme con el reciclaje, logrando una tasa significativa en comparación con otras regiones, pero, aun así, estamos lejos del 10% de vertedero que marca los objetivos de la UE. Actualmente el 30,6% de los residuos municipales van a deposito controlado. La recogida selectiva es del 45,3% de residuos municipales, estos datos son los oficiales por la Agencia de Residuos de Catalunya en 2022. La implementación de sistemas avanzados de recogida selectiva, como contenedores inteligentes y la aplicación de tecnologías de RFID, ha permitido un seguimiento más eficiente y una mejor separación de residuos. Las campañas de concienciación pública y la educación ambiental han sido claves en este éxito, promoviendo una cultura de reciclaje entre los ciudadanos. Pero deberían imponerse sistemas complementarios para poder dar cumplimiento a los objetivos y, sobre todo, para recoger de una forma más eficiente y limpia residuos como los residuos de envases, cuyos impropios son muy elevados. Ya he hablado muchas veces de los sistemas de depósito, devolución y retorno, que aportan más calidad y cantidad de material. En relación con estos, se valorizan más del 80%, haciendo que solo una parte muy pequeña, el 6,8%, vayan a vertedero, el resto son valorizados energéticamente (datos oficiales de 2022 ARC).
