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El Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, ha puesto en marcha nuevas estrategias de gestión integral del agua que, unidas a enfoques de sostenibilidad, garantizan su protección, conservación y mejora, a través de un enfoque ecosistémico, multidisciplinar e integrador. Esta apuesta no solo busca modernizar tuberías y depuradoras, sino cambiar la forma en que la ciudad piensa, usa y protege el agua.
Gracias a la aplicación del Plan Municipal de Gestión de la Demanda de Agua y la Ordenanza de Gestión y Uso Eficiente del Agua en la Ciudad de Madrid, llevados a cabo por el Ayuntamiento de Madrid, nuestra ciudad se ha convertido en un referente para muchas capitales europeas en cuanto a políticas sostenibles en materia de agua, fomentando además un uso responsable y eficiente, con el proyecto, la planificación y la supervisión, de todas aquellas infraestructuras de naturaleza hidráulica necesarias para conseguir el cumplimiento de la legislacíon medioambiental vigente.
La eficiencia hídrica implica, entre otras cosas, promover el uso racional del agua entre la ciudadanía, reutilizar aguas residuales tratadas, reducir pérdidas en redes de distribución, captar y aprovechar el agua de lluvia y modernizar las infraestructuras obsoletas; con el objetivo de garantizar el suministro, reducir el desperdicio y proteger los sistemas acuáticos.
Desde el año 2019, la Dirección General de Gestión de Agua y Zonas Verdes del Consistorio, ha iniciado 45 obras para mejoras en las infraestructuras y la gestión del agua en la ciudad, de las cuales 32 ya están finalizadas.
Estas intervenciones, con una inversión de cerca de 200 millones de euros, se centran en mejorar la eficiencia del uso del agua, fomentar el ahorro y utilizar recursos hídricos alternativos, además de reflejar un compromiso económico y una visión estratégica para convertir a Madrid en una ciudad más sostenible, resiliente y consciente del valor de sus recursos hídricos.
La eficiencia hídrica no solo depende de obras físicas, sino también de la incorporación de tecnología puntera para controlar que todo el proceso funcione adecuadamente. Madrid ha apostado por sistemas de telegestión, sensores inteligentes y plataformas digitales que permiten: monitorizar el consumo en tiempo real, detectar fugas de forma automática, informar al ciudadano sobre el estado de las fuentes públicas, así como optimizar el riego en parques, jardines y zonas verdes, según condiciones meteorológicas.
Entre las estrategias más destacadas se encuentran:
Las fuentes de agua potable son uno de los elementos más valorados por la ciudadanía, sobre todo en los meses de verano, cuando el calor es más insoportable. La ubicación estratégica de este elemento de mobiliario urbano en parques, zonas verdes, aceras de la vía pública y zonas de alta afluencia garantiza que el agua esté al alcance de todos, especialmente en épocas de calor extremo.
En la ciudad de Madrid el número de fuentes de agua para beber instaladas en la vía pública va aumentando cada año, como medida para fomentar el consumo de agua del grifo, aprovechar la gran calidad del agua en Madrid y contribuir de esta forma a fomentar hábitos de vida saludable y mejorar el medioambiente (reduciendo el consumo de envases de plástico). Para su instalación solo necesitan disponer de una acometida de agua potable y un desagüe a la red de alcantarillado. Además, deben cumplir normas y criterios para su accesibilidad, tanto en el espacio donde se ubiquen como en la facilidad de uso.
La eficiencia hídrica también requiere un cambio cultural. El Ayuntamiento de Madrid ha lanzado campañas bajo el lema ‘Cuidamos el agua, protegemos el futuro’ o ‘¿Cuál será la gota que colme el vaso?’ ‘incluidas en su Carta de Servicios de Gestión del Agua. Estas iniciativas buscan desde talleres escolares hasta espacios públicos: concienciar sobre el valor del agua, promover el ahorro en hogares y empresas y, enseñar buenas prácticas en el uso cotidiano.
Madrid está trazando el camino que muchas otras ciudades deberán seguir. Porque cuidar el agua es cuidar la vida y apostar por el bienestar. Cada gota que se ahorra cuenta y se escribe una línea más del futuro que queremos construir.
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