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La Asociación de Empresas de Energías Renovables – APPA Renovables – considera urgente y prioritario impulsar el desarrollo del biogás y del biometano como vectores clave para la descarbonización del sistema energético español, así se lo ha trasladado al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Tras el rechazo del Congreso al Real Decreto-ley 7/2025, que debía haber facilitado medidas para acelerar la transición energética, desde la Asociación se quiere recordar que el 75% de la energía consumida en España no es eléctrica, y que el sistema gasista también debe alinearse con los objetivos climáticos y de independencia energética. En la actualidad, sólo el 0,15% del gas consumido proviene de fuentes renovables.
Tras el rechazo del Congreso, la pasada semana, al Real Decreto-ley 7/2025, APPA Renovables reclama no sólo medidas para impulsar la electricidad renovable, también que se apueste por priorizar el desarrollo del biogás y el biometano en nuestro país. APPA Biogás, la sección más joven de la Asociación, trabaja para que los gases renovables permitan descarbonizar el sector gasista, aunque alertan de posibles prácticas de greenwashing.
El sistema energético español está dominado por las energías fósiles. Aunque la principal fuente de energía sigue siendo el petróleo, el gas natural representa más del 16% del consumo final de energía en España, a lo que hay que sumar consumos como la generación eléctrica o la industria química; en total, el 21,6% de nuestra energía primaria es gas de origen fósil. Nuestro país cuenta con recursos biomásicos suficientes para comenzar a sustituir este gas por contrapartidas sostenibles.
“España no ha hecho los deberes a la hora de descarbonizar su energía, ha puesto el foco en el sistema eléctrico, donde se está avanzando rápido, pero tenemos que trabajar sobre la sustitución directa de consumos fósiles. El 21,6% de nuestra energía primaria es gas y sólo un 0,15% de esto, menos del 0,04% del total, es biogás y biometano”, ha explicado José María González Moya, Director General de APPA Renovables.
Sustituir progresivamente este gas fósil por biogás y biometano es una medida estratégica que permitirá avanzar en la descarbonización de usos industriales, térmicos y domésticos. Como recoge el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), la penetración de renovables debe alcanzar el 48% en 2030 en energía final, lo que requiere actuar más allá del sector eléctrico, que, hoy en día, es únicamente una cuarta parte del total de la energía.
Es importante recordar que la obtención del biogás y el biometano se realiza valorizando un residuo ya existente en el entorno, por lo que estas plantas resuelven un problema preexistente y suponen un impulso a la economía local. Las plantas de biogás tienen un impacto directo sobre el desarrollo rural: generan empleo cualificado, valorizan residuos agrícolas y ganaderos, y reducen las emisiones de metano –gas de efecto invernadero 25 veces más potente que el CO₂–. Además, el digestato que producen se revaloriza posteriormente como fertilizante natural, fomentando una agricultura más sostenible y circular.
El biometano, forma purificada del biogás, es un gas renovable e inyectable en la red, que puede sustituir parte de las importaciones fósiles, mejorando la balanza comercial y la resiliencia energética del país. Su uso directo en infraestructuras y procesos ya existentes lo hacen especialmente valioso para descarbonizar nuestro modelo energético. Adicionalmente, y no menos importante, su desarrollo también permitirá a los municipios cumplir con las exigencias de la Directiva (UE) 2018/851 sobre gestión de residuos, gracias a la valorización de la fracción orgánica.
Los proyectos de biogás y biometano en España se siguen enfrentando a múltiples barreras que dificultan su desarrollo: barreras sociales, regulatorias, ambientales, de acceso a la red gasista y, de forma especialmente crítica, problemas de conexión eléctrica. Muchas de estas instalaciones se ubican en zonas rurales con infraestructuras eléctricas limitadas, lo que encarece o directamente impide la conexión necesaria para sus procesos auxiliares. Desde el sector reclamamos que se estudien medidas específicas para priorizar el acceso a la red eléctrica de este tipo de proyectos, dada su contribución a la independencia energética del país, su papel clave en la economía circular y su impacto positivo en el desarrollo rural.
En la actualidad en España solo hay 17 plantas de biometano operativas con puntos de inyección en el sistema gasista, mientras que, únicamente en Francia hay cerca de 700 plantas de biometano operativas o, en Alemania, se superan las 11.000 instalaciones de biogás. “España es uno de los cinco países de la Unión Europea con más potencial biomásico y nos estamos quedando atrás. Nuestros vecinos franceses, alemanes o italianos han identificado en el biogás y el biometano una vía para reducir su dependencia energética que nosotros no estamos aprovechando”, ha explicado el Director General de APPA Renovables.
Desde APPA Biogás se pide un marco normativo estatal que incluya un régimen económico que garantice la viabilidad de estas instalaciones, homogeneice criterios medioambientales y regulatorios, establezca una ventanilla única para agilizar trámites y dote a esta tecnología de un derecho efectivo de acceso e inyección a la red gasista.
A pesar del respaldo institucional recogido en la Hoja de Ruta del Biogás y en el PNIEC, los objetivos actuales (20 TWh en 2030) están muy por debajo del potencial real del país, estimado en más de 40 TWh por la Comisión Europea de forma conservadora, pudiendo llegar a cubrir el 13% de todas las necesidades de gas natural en España en 2030. De cumplirse la Hoja de Ruta del Biogás, sólo se cubriría la mitad de esta cifra. APPA Biogás trabaja para actualizar dicha hoja de ruta y desbloquear el desarrollo de esta tecnología fundamental para una transición energética justa e inclusiva.
También desde la Sección se advierte sobre el posible uso de los gases renovables en campañas que pueden ser engañosas para los consumidores, replicando prácticas de “greenwashing” que ya vimos en el pasado en el sector eléctrico. Es importante que en la publicidad en la que se hable de estos gases renovables (o gases verdes) se explicite el porcentaje de biogás o biometano que tiene el suministro de las compañías, de forma análoga a como se realiza en el sector eléctrico. Si no, corremos el riesgo de engañar a los consumidores, que creerán consumir gases renovables cuando estos representan únicamente un porcentaje mínimo.
Actualmente, del orden del 0,15% del gas que se consume proviene de la bioenergía, lo que representa, teniendo en cuenta que el 21,6% de nuestra energía primaria proviene del gas, menos del 0,04% de nuestra energía primaria consumida.
“No puede ser que en electricidad estemos cerca del 60% de penetración renovable, alrededor del 5% de la energía de la movilidad sea renovable y sólo un 0,15% de nuestro gas provenga de fuentes renovables, la Transición Energética es una tarea de todos y los objetivos de energía no distinguen por fuente energética”, ha concluido González Moya.
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