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El sector renovable nacional mostró en 2024 un claro estancamiento tras el segundo año consecutivo de contracción de empleo (126.574 trabajadores) y la contribución al PIB más baja desde 2020.
Las renovables rompieron récords en generación eléctrica, con un 56,8% de la demanda (149 TWh), pero se resintieron por la caída de los precios del mercado eléctrico y los precios de sus contrapartidas fósiles. Mientras el uso de renovables aumentó las importaciones evitadas en términos energéticos en un 3,1%, los ahorros se redujeron en un 10,4% debido a los menores precios. El porcentaje de electricidad sobre el consumo de energía final (la electricidad apenas representa el 23,6% del consumo total de energía) vuelve a caer, situándose en niveles de 2007, y se redujo el aporte de las renovables térmicas, mientras que el consumo de combustibles fósiles se incrementó un 5%, recuperando su nivel anterior a la pandemia.
El sector encadena dos años de récord de generación eléctrica renovable, pero coinciden con dos años de contracción del empleo y contribución al PIB y con un aumento exponencial de los vertidos renovables.
Santiago Gómez Ramos, Presidente de APPA Renovables, y José María González Moya, Director General de la Asociación, presentaron hoy las principales cifras macroeconómicas del sector renovable nacional. El Estudio del Impacto Macroeconómico de las Energías Renovables, elaborado por Deloitte, analiza por primera vez el gasto sanitario evitado, dedica un capítulo al biogás y biometano y centra su mirada en los vertidos, que se están convirtiendo en un grave problema para el sector.
Tras los precios récord de 2022 (167,52 €/MWh), se han producido dos años de moderación. En 2023 el precio medio del pool se situó en 87,10 €/MWh y, en 2024, en 63,03 €/MWh. El sector renovable, muy dependiente de los precios de venta, vio reducida su aportación al PIB a 15.057 millones de euros, representando el 0,95% de la economía nacional.
El ritmo instalador se incrementó en la tecnología fotovoltaica, con 6.434 nuevos megavatios, y en eólica, que incorporó 1.309 MW en 2024 frente a 663 en 2023. El autoconsumo redujo su aportación anual, pasando de 1.943 MW a 1.431 MW. Esto se tradujo en un estancamiento del empleo, con 126.574 personas ocupadas.
La tecnología eólica experimentó el mayor incremento en empleo (+1.678 profesionales) gracias al impulso industrial, mientras que la fotovoltaica, biomasa y solar termoeléctrica redujeron su ocupación.
El sector renovable percibió 3.129 millones de euros en retribución específica, la cifra más baja desde la reforma de 2014. Muchas instalaciones han concluido su vida útil regulatoria, dependiendo ahora solo del mercado eléctrico.
Solo biomasa y tecnologías solares perciben actualmente esta retribución, mientras que la presencia de renovables en el mercado eléctrico permitió un abaratamiento de 6.972 M€. Además, las renovables eléctricas evitaron importaciones fósiles por 6.546 M€, alcanzando 14.729 M€ si se incluyen los usos térmicos y biocarburantes.
Las energías renovables evitaron la importación de 25,4 millones de toneladas equivalentes de petróleo y ahorraron 4.541 M€ en derechos de emisión, evitando la emisión de 69,6 millones de toneladas de CO₂ equivalente.
El consumo de combustibles fósiles creció un 5% en 2024, situándose en niveles anteriores a la pandemia, mientras el porcentaje de electricidad (23,6%) fue el menor de los últimos cinco años, alcanzando niveles de 2007.
Los biocarburantes alcanzaron una cuota global del 6,5%, lo que supuso una disminución de 0,7 puntos respecto a 2023. Con el doble cómputo, la cuota se situaría en el 9,2%, aún insuficiente para alcanzar la meta del 11% para 2024.
Las energías renovables térmicas crecieron un 3,7% respecto a 2023, alcanzando 6.132 ktep, y la biomasa fue la fuente más consumida (68,4%), seguida de bombas de calor (23,4%) y biogás/biometano.
“El desarrollo de renovables está por debajo de la senda del PNIEC”, advirtió Santiago Gómez Ramos, reclamando medidas ambiciosas para alcanzar los objetivos.
El Estudio confirma que los vertidos de fotovoltaica y eólica pasaron del 1,6% en 2023 al 6,5% en 2024, y que, sumando restricciones y operación reforzada del sistema, superan ya el 17%.
“Si no impulsamos la electrificación y el almacenamiento, perderemos la energía de nuestro sol y viento en forma de vertidos”, señaló Gómez Ramos.
El Presidente de APPA Renovables insistió en la urgencia de incorporar almacenamiento y repotenciar la eólica, además de impulsar la biomasa eléctrica y el desarrollo de bombeos hidráulicos como políticas de Estado.
“La electrificación es la forma más rápida de descarbonizar”, añadió, recordando que es urgente un marco regulatorio para impulsar el biometano y los biocarburantes que acelere la transición energética y reduzca la dependencia del gas.