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Desde BIOAZUL, en el marco del proyecto europeo BONEX, hemos liderado un proceso participativo en la comarca de la Axarquía para avanzar en la elaboración de un Plan Estratégico Territorial, orientado a enfrentar los efectos de la sequía, la escasez de agua y los retos de sostenibilidad del sistema agrícola en un contexto de cambio climático.
Este trabajo se ha desarrollado bajo el enfoque del Nexo Agua-Energía-Alimentos-Ecosistemas (WEFE), que promueve una gestión integrada y coordinada de los recursos naturales. En este marco, hemos reunido a agricultores, comunidades de regantes, administraciones públicas, investigadores, técnicos y empresas para construir soluciones conjuntas que respondan a las necesidades reales del territorio.
Uno de los pilares fundamentales del proceso ha sido la celebración de cuatro talleres participativos, concebidos como espacios de escucha, cocreación y toma de decisiones compartidas. En estos encuentros, los distintos actores han trabajado de forma activa en la identificación de problemas estructurales, el análisis de barreras y oportunidades, y la propuesta de medidas concretas para una transición hídrica sostenible en la comarca.
La metodología utilizada ha combinado dinámicas de grupo, herramientas participativas y enfoques técnicos innovadores como la metodología System Dynamics o el uso de la herramienta REWEF para la evaluación integrada del nexo WEFE. Estos talleres han permitido generar un conocimiento colectivo, transversal y adaptado al contexto local, garantizando que el plan estratégico esté verdaderamente anclado en la realidad del territorio.
Además, BIOAZUL ha desarrollado una herramienta digital de apoyo a la toma de decisiones para la gestión del fertirriego con aguas regeneradas, validada en el Living Lab Axarquía. Este espacio de innovación experimental ubicado en Algarrobo ha sido clave para testar tecnologías en condiciones reales, generar evidencia técnica y favorecer la transferencia de conocimiento.
La herramienta permite optimizar el uso de nutrientes y agua, contribuyendo a una fertilización más precisa, económica y ambientalmente responsable. Su desarrollo ha sido complementado con estudios de viabilidad técnica y económica sobre el uso combinado de aguas regeneradas y desaladas, aportando así soluciones escalables y replicables para otros territorios mediterráneos.
Gracias a esta combinación de trabajo de campo, desarrollo tecnológico y procesos participativos, la Axarquía se posiciona como un territorio pionero en innovación hídrica, capaz de inspirar políticas y prácticas sostenibles en otras regiones afectadas por el cambio climático.
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