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La pérdida de tierras fértiles por efecto de la desertificación no es un pronóstico, es una realidad documentada y creciente.
Alejandro Sturniolo
Ibrahim Thiaw, secretario ejecutivo de la UNCCD, afirmó: “La degradación de tierras y la sequía afecta gravemente nuestra economía, estabilidad, producción de alimentos, acceso al agua y calidad de vida (...) La restauración de tierras es una oportunidad para revertir estas alarmantes tendencias. Una tierra restaurada es una fuente de infinitas oportunidades. Es hora de aprovecharlas”.
La restauración de tierras es una estrategia económica y social de alto impacto. Cada dólar invertido puede generar entre 7 y 30 dólares en retornos, según la UNCCD. Las soluciones hídricas emergen así como inversiones estratégicas.
Según el Mecanismo Mundial de la UNCCD, el mundo necesita 1.000 millones de dólares diarios entre 2025 y 2030 para combatir la desertificación, degradación de tierras y sequía. Hoy, las inversiones anuales suman 66.000 millones, sólo el 6 % del sector privado. ALADYR llama a cerrar esta brecha y crear marcos normativos que involucren al capital privado.
El informe de la FAO (2023) “The Impacts of Disasters and Crises on Agriculture and Food Security” estima pérdidas agrícolas de USD 29.000 millones en Sudamérica por sequías en dos décadas. Argentina, Brasil y Paraguay fueron los más afectados. ALADYR advierte que sin inversiones estructurales en desalinización y reúso, la región seguirá perdiendo miles de millones por falta de resiliencia climática.
Recuperar la tierra: una misión urgente y posible
Bajo el lema “Restaurar la tierra. Liberar oportunidades”, el Día Mundial contra la Desertificación y la Sequía 2025 busca recuperar 1.500 millones de hectáreas para 2030. Tecnologías como la desalinización y el reúso ya lo hacen posible en zonas áridas.
Agrokasa, en Ica, Perú, usa aguas residuales tratadas (180 L/s) para cultivos de exportación. Adjudicadas por licitación pública, han elevado la productividad y sostenido suelos cultivables en un entorno sin lluvias.
Ivo Radic, director de ALADYR: “Con la desalinización reclamamos lo que el desierto le ha quitado a los agricultores (...) Creamos oasis productivos donde antes sólo había retroceso y abandono.”
En América Latina hay 150 millones de hectáreas degradadas. El 20 % de la superficie es vulnerable a desertificación.
España lidera con la integración de desalinización agrícola. Murcia, Alicante y Almería son referentes. Han articulado acuerdos entre regantes, cooperativas y operadores, sumando energías renovables para reducir la huella de carbono. Resultado: producción hortofrutícola líder en semiárido.
La sequía en América Latina
La FAO señala que el 15 % de las tierras áridas globales están en ALC. Bogotá, por ejemplo, enfrenta racionamientos por embalses vacíos.
Jerry Ross, presidente de ALADYR: “Colombia como sede del 17 de junio marca un precedente. Lo que ocurra puede integrar la desalinización y el reúso al corazón de las políticas públicas.”
“Gracias al agua del mar, la tierra puede volver a dar frutos. La desalinización es promesa de futuro, ciencia, cooperación y decisión.”, concluye Ross.
Water Positive: un nuevo paradigma hídrico
Alejandro Sturniolo, cofundador de Water Positive Think Tank: “Ser Water Positive no es solo cuidar el agua, es devolver más de la que se usa. Es un impacto positivo sobre el ciclo hídrico”.
Las empresas pueden compensar agua no recuperable aliándose con otras: tratan efluentes ajenos y los retornan limpios al ambiente. Ejemplo: una empresa de bebidas que usa 2,5 L por L de producto puede potabilizar aguas de otra compañía agrícola.
La práctica Water Positive cierra el ciclo de uso, reúso y compensación. ALADYR pide que el 17 de junio sea también el Día Mundial del Water Positive, para enfocar la acción hacia la restauración de fuentes hídricas.
“Durante años, la desalinización fue mal comprendida por su costo. Hoy sabemos que es clave ante la desertificación. El cambio climático obliga a nuevas lógicas. Y el sector privado está dispuesto a invertir en regenerar agua”, concluye Sturniolo.
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