3 de junio, 2025
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Un estudio del Instituto del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC) ha analizado la presencia de aditivos asociados al plástico en alimentos representativos de la dieta española.

El objetivo del trabajo publicado en Journal of Hazardous Materials ha sido estimar la exposición diaria de las personas a estos compuestos a través de la alimentación. Los resultados muestran que en el 85 % de las 109 muestras de alimentos evaluados se ha detectado alguno de estos aditivos, aunque los valores promedio de ingesta hallados son inferiores a las recomendaciones de la autoridad sanitaria europea.

Estamentos como la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) y la USEPA (Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos) han asignado valores máximos de ingesta diaria para algunos de los compuestos analizados, en concreto, para 15 de los 20 plastificantes detectados en las muestras. Para estos casos, los investigadores han llevado a cabo una evaluación del riesgo.

Nuevos compuestos plastificantes

Diversas investigaciones han demostrado la toxicidad de algunos aditivos plásticos, como los ésteres organofosforados, usados como retardantes de llama, y los ftalatos, empleados para hacer el plástico más resistente. En respuesta a estas evidencias, la industria alimentaria ha incorporado nuevos plastificantes, como citratos y adipatos, considerados inicialmente de menor toxicidad. Sin embargo, estudios recientes advierten que algunos de estos compuestos alternativos también podrían provocar efectos adversos en la salud a largo plazo.

En este estudio se han evaluado simultáneamente las concentraciones de ésteres organofosforados, ftalatos y plastificantes alternativos en distintas categorías de alimentos (alimentos infantiles, cereales, lácteos, huevos, pescados, carnes, frutas, hortalizas, legumbres, dulces, aceites y condimentos), seleccionados según el patrón de consumo en España.

La legislación de la Unión Europea no establece un nivel máximo de aditivos plásticos en alimentos, sino que regula los materiales en contacto con los alimentos, estableciendo límites de migración para ciertas sustancias.

El estudio ha revelado que ocho de cada diez alimentos presentan al menos algún plastificante, siendo los alternativos a los ftalatos los más frecuentes. Según Eljarrat, se han observado diferencias significativas en función del tipo de envasado, lo que sugiere que el material en contacto influye en la presencia de estos compuestos.

Los investigadores también han analizado platos preparados en envases de polipropileno. Para determinar la transferencia de plastificantes durante la cocción, realizaron ensayos en condiciones reales, antes y después del cocinado. Los resultados muestran que estos procesos aumentan la exposición hasta 50 veces.

“A pesar de que los niveles medios detectados se encuentren por debajo de los límites de migración establecidos por la Comisión Europea, recomendamos, por precaución, no calentar la comida en este tipo de envases”, añade Eljarrat.

Evaluación de riesgo

Los investigadores llevaron a cabo una evaluación de escenarios de exposición, calculando una ingesta media diaria total de 288 nanogramos por kilogramo de peso corporal en adultos, siendo la carne la principal fuente de exposición (59 %), seguida de cereales, legumbres y dulces (20 %).

Los resultados muestran una ingesta diaria considerablemente mayor en lactantes y niños pequeños, debido a su menor peso corporal. En lactantes, la ingesta alcanza los 2262 nanogramos/kg, y en niños de uno a tres años, 1155 nanogramos/kg. En estas edades, además de los alimentos infantiles, la carne sigue siendo una fuente importante.

“En algunos casos, los valores de exposición por ingesta se acercan o superan el umbral de riesgo. Se debe tener en cuenta que la ingesta alimentaria solo representa una de las posibles vías de exposición a estos tóxicos, a lo que se puede sumar la exposición por inhalación, ingestión de polvo o contacto dérmico”, señala Eljarrat.

Con este estudio, los investigadores subrayan la necesidad de seguir evaluando y monitorizando los aditivos plásticos en la alimentación, especialmente en los grupos más vulnerables.

Esta investigación forma parte del proyecto EXPOPLAS (Evaluación de la exposición humana a aditivos químicos asociados al plástico), financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades en el marco de la Convocatoria de Proyectos de I+D+i Retos Investigación (2019).


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