26 de diciembre, 2017
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Eduardo de Lecea, el Director General de SIGAUS, explica en esta entrevista el papel que desarrolla la entidad en nuestro país. "SIGAUS garantiza la recogida y el correcto tratamiento del aceite industrial usado en toda España", afirma. Desde su nacimiento hace diez años, según De Lecea, ha sido posible "recoger más de 1,4 millones de toneladas de lubricantes usados, regenerando casi 1 millón de ellas". Esa cifra en clave medio ambiental se traduce en que un residuo peligroso ha acabado siendo materia prima válida para reformular nuevos aceites o se ha convertido en un combustible alternativo. "Nuestro principal reto en el medio plazo es continuar en esta línea", añade.

Eduardo de Lecea es Licenciado en Derecho por la Universidad de Navarra y MBA por la Universidad de Houston. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en la multinacional del petróleo Shell, donde ha ocupado distintos puestos en las áreas de ventas y marketing de las filiales portuguesa y española. Entre 2003 y 2006 fue Director Comercial de la División de Lubricantes, miembro del Comité de Dirección de Shell España y miembro de la Junta Directiva de ASELUBE, la principal asociación de fabricantes de lubricantes en España.

Con la entrada en vigor del Real Decreto 679/2006 por el que se regula la gestión de los aceites industriales usados y se establece la obligatoriedad para fabricantes e importadores de lubricante de hacerse cargo de los residuos generados por los productos que ponen en el mercado, Eduardo de Lecea es elegido por parte de las principales compañías del sector para liderar el proyecto de un sistema integrado de gestión de aceites usados, SIGAUS, donde desde 2007 ocupa la Dirección General.

¿Nos puede explicar brevemente qué es SIGAUS y cuál es su aportación al sector del reciclaje y medio ambiente?
SIGAUS es la entidad encargada de garantizar la recogida y el correcto tratamiento del aceite industrial usado en toda España. Nació en 2006, como una iniciativa conjunta del sector de los fabricantes de lubricantes que, a través de su participación en este sistema, pueden cumplir de manera más eficaz con las obligaciones establecidas en la normativa que regula la gestión de los aceites usados, que les responsabiliza del residuo que generan los productos que comercializan una vez que éstos llegan al final de su vida útil.
La labor de SIGAUS se sustenta en cuatro valores esenciales: el compromiso ambiental, la eficiencia, la representatividad, y la transparencia y colaboración.
En materia ambiental su labor principal es, precisamente, evitar el impacto en el entorno de un residuo tan peligroso, representando, en este sentido, el compromiso de prevención y protección de todas sus empresas adheridas.
A través de la eficiencia del sistema persigue optimizar costes y asegurar una completa gestión del aceite usado en toda España de manera asumible por el sector y dentro de los objetivos legales establecidos.
En cuanto a la representatividad, SIGAUS es un sistema abierto a la participación de todas las empresas afectadas por la legislación que regula los aceites industriales que deseen cumplir con sus obligaciones e independientemente del sector económico al que pertenezcan. Su adhesión a SIGAUS les garantiza un mecanismo sencillo, viable y eficaz para su cumplimiento.
La transparencia y colaboración hacia todos los agentes participantes en el Sistema es otro de los principios defendidos por la Entidad, así como el cumplimiento del deber de información hacia las Administraciones Públicas, con las que siempre está dispuesto colaborar y a trabajar de manera proactiva.

¿Cuáles son los principales objetivos y su razón de ser? ¿A qué necesidades responde?
SIGAUS nace precisamente para dar respuesta a lo que se conoce como la Responsabilidad Ampliada del Productor, que implica que los fabricantes de lubricantes sean, como digo, los responsables últimos de garantizar y financiar la correcta gestión del residuo peligroso que se genera tras la utilización de los aceites industriales que ponen en el mercado. Con la entrada en vigor de esta obligación, algunos fabricantes de lubricantes consideraron que la manera óptima y más eficiente de cumplir con esa responsabilidad de gestión de los residuos de sus productos era la creación de un sistema conjunto que les asegurase que su recogida y tratamiento cuenta con todas las garantías de prevención, eficiencia y seguridad necesarias.

¿Cuáles son las cifras concretas de SIGAUS en gestión del aceite usado y los beneficios ambientales conseguidos en los últimos años?
Desde su nacimiento hace diez años, y gracias al apoyo y colaboración de todos los agentes implicados en el proceso de gestión, como fabricantes e importadores, empresas gestoras, Administración pública y ciudadanos, ha sido posible recoger más de 1,4 millones de toneladas de lubricantes usados, regenerando casi 1 millón de ellas. Eso significa que todo lo que iba a convertirse en un residuo peligroso acabó siendo materia prima válida para reformular nuevos aceites, o bien para convertirse en un combustible alternativo. Y también que, en paralelo, se logra un importante ahorro de materias primas y emisiones contaminantes a la atmósfera gracias a un proceso que, además, es posible realizar infinitas veces sin que el producto extraído del proceso pierda calidad o prestaciones.
A lo largo de esta década nuestra apuesta más fuerte ha sido la protección del medio ambiente, y a ella hemos dedicado más de 170 millones de euros. Y en línea con esta apuesta todos nuestros esfuerzos han estado puestos en garantizar una recogida y gestión total del residuo con el fin de primar, por delante de cualquier tratamiento, la regeneración. Este tratamiento ha permitido aprovechar gran parte de la materia prima contenida en el residuo y un ahorro de emisiones en estos años de 2,8 millones de toneladas de CO2 frente a si ese aceite, previamente tratado para ser usado como combustible, se hubiera destinado a valorización energética.
Con un objetivo ecológico establecido por Ley, que sitúa la regeneración en un porcentaje obligatorio mínimo del 65%, SIGAUS ha superado cada año esa cifra, como ha ocurrido en 2016, situándose en el 73%, es decir 8 puntos por encima de lo estipulado legalmente.

¿De qué forma aborda SIGAUS la gestión del aceite industrial usado?
Actualmente SIGAUS es el Sistema de referencia, en cuanto a representatividad, en la gestión de aceites usados en España, ya que agrupa al 90% del mercado, por lo que su responsabilidad es muy elevada a la hora de cumplir con el cometido que se le ha encomendado. Para ello, dispone de una amplia red de gestión que actualmente alcanza las 150 empresas, que trabajan para garantizar una cobertura total del territorio con el fin de que todo el residuo sea recogido y tratado correctamente, y que a la vez el sistema sea lo más eficiente y ágil, manteniendo siempre su sostenibilidad económica.
En este sentido, SIGAUS aporta la financiación necesaria para cubrir los déficits económicos que se producen debido a las particularidades del propio residuo, que se genera de forma muy dispersa en el territorio, en zonas aisladas en muchos casos y en pequeñas cantidades, lo que hace necesario recorrer largas distancias. Gracias a esta compensación económica es posible garantizar el servicio universal de recogida y que ningún punto productor del residuo, por pequeño o aislado que esté, se quede sin atender, y por tanto sin la garantía de protección ambiental tan necesaria cuando hablamos de un residuo tan contaminante.

¿Cuál es el proceso de gestión del aceite usado que controla SIGAUS y cómo se desarrolla la cadena de reciclaje?
El primer paso para poner en marcha este proceso es que los puntos productores del residuo lo retiren y almacenen correctamente en sus instalaciones hasta el momento en el que un gestor autorizado acuda a recogerlo. En 2016, los gestores que participan en SIGAUS acudieron a más de 68.000 puntos de toda España entre talleres, industria, y todo tipo de establecimientos generadores de aceites usados, desde un hospital a un parque eólico, un transformador, una empresa de alquiler de vehículos, o una obra pública, lo que requiere de un sistema de recogida muy capilar, que llegue a todos los rincones en los que este residuo puede afectar al medio ambiente.
Una vez recogido el residuo, éste pasa por centros de transferencia en los que se le realiza una primera descontaminación y se analiza su composición para determinar su destino final más adecuado: la regeneración, la valorización energética o su reciclado material, si bien, este último tratamiento es minoritario.

¿Por qué es tan peligroso el aceite industrial usado?
El lubricante usado es uno de los residuos más contaminante que existe, ya que durante su uso en vehículos, maquinaria y procesos industriales es sometido a fricciones y altas temperaturas que generan sustancias tóxicas. Por otro lado, puede contener metales pesados y otros componentes peligrosos. Todo ello hace que el aceite usado entrañe un alto riesgo tanto para el medio ambiente como para la salud de las personas.
Debido a su baja biodegradabilidad, un solo litro de aceite usado puede contaminar hasta 1 millón de litros de agua, produciendo una película impermeable que puede asfixiar a los seres vivos que lo habitan. Los componentes nocivos de este residuo pueden perdurar en el mar entre 10 y 15 años.
Asimismo, si el aceite usado se quema de manera incontrolada puede producir importantes problemas de contaminación, ya que emite gases muy tóxicos debido a la presencia en este residuo de compuestos como plomo, fósforo o azufre. Y su vertido puede perjudicar tanto el suelo como las aguas superficiales y subterráneas, afectando gravemente a la fertilidad del suelo, al alterar su actividad biológica y química.
Por esta razón, los aceites industriales usados son unos de los primeros residuos sobre los que existen normativas, desde hace más de cuatro décadas.

¿Qué uso se da al aceite industrial una vez valorizado?
La ventaja del aceite industrial usado es que, pese a su peligrosidad, si se almacena y trata correctamente, es aprovechable al 100%. Para ello existen dos tipos de tratamiento fundamentales: el principal, por ser el mayoritario y prioritario desde el punto de vista ambiental, es la regeneración, que consiste en convertir el aceite usado en nuevo aceite listo para volver a ser utilizado, devolviendo el residuo al inicio de su ciclo de vida como nuevo aceite lubricante.
Se trata de un tratamiento complejo, basado en distintos procesos físico-químicos para separar la base lubricante del agua, los sedimentos y otras sustancias nocivas que se han acumulado en el aceite usado. Más de las dos terceras partes del aceite usado recuperado por SIGAUS se destina a este proceso.
El tercio restante es sometido a un tratamiento físico-químico de descontaminación que posibilita su posterior utilización como combustible industrial, aprovechando su alto poder calorífico, ya sea en centrales térmicas de generación eléctrica, cementeras, papeleras, equipos marinos u otros procesos, evitando con ello la utilización de otros combustibles tradicionales como el fuel óleo.
De manera más minoritaria el aceite usado puede ser sometido también a un reciclaje material gracias al que es posible su utilización en la fabricación de telas asfálticas, pinturas, barnices y otros productos similares.

¿Cuáles son en su opinión los principales retos a los que se enfrenta SIGAUS en su actividad diaria?
Uno de los principales retos a los que se enfrenta SIGAUS es la dispersión geográfica con la que se produce el aceite usado y las largas distancias a recorrer, un aspecto especialmente importante en zonas rurales, donde es necesario recoger pequeñas cantidades muy diseminadas entre sí, y que, de no recogerse, supondrían un serio riesgo ambiental. A esto se suma el hecho de que en muchos de estos municipios rurales se encuentran ubicados espacios naturales protegidos de gran valor ecológico.
Debido a ello, SIGAUS debe articular un servicio de recogida de gran capilaridad, capaz de penetrar en el territorio para recoger el residuo allí donde se produce. Un modelo logístico que debe cubrir las recogidas de aceite usado incluso en municipios con menos de 20 habitantes o en algunas poblaciones con una generación de tan sólo 3 litros anuales de este residuo, como ya ha ocurrido.
El reto para SIGAUS en este sentido es adaptar la financiación necesaria para cubrir los déficits económicos que se producen con estas recogidas pequeñas, alejadas y tan fragmentadas, y a la vez dar respuesta a las particularidades e intereses de cada uno de los agentes implicados en el proceso de gestión del aceite usado, tan heterogéneos: fabricantes, empresas gestoras, Administración pública, ciudadanos…
No podemos olvidar tampoco que el aceite usado es un residuo que se genera en muchos sectores empresariales, desde una cooperativa agraria a un parque eólico, un campo de golf, una autoescuela, una empresa de karting o un recinto militar, entre otras muchas. Y todas ellas de forma adicional a los dos sectores claramente productores: los talleres de vehículos y la industria que, de por sí, presentan ya una gran heterogeneidad. A través de su red de gestión, desde SIGAUS ponemos en marcha cada año más de 150.000 operaciones de recogida para la recuperación del aceite industrial usado en toda España.

¿Con cuántos fabricantes adheridos cuenta SIGAUS? ¿Qué tipo de trabajo desarrollan con ellos? Y en el caso de los talleres, ¿cuál es el trabajo que realizan?
Tras la entrada en vigor del Real Decreto 679/2006 que estableció la obligatoriedad para estos fabricantes de aceites industriales de responsabilizarse de los residuos que generen los lubricantes que ponen en el mercado, SIGAUS es el encargado de atender de manera conjunta esa responsabilidad, por iniciativa del propio sector, que así lo decidió, y que actualmente respaldan más de 220 empresas que se encuentran adheridas a la Entidad, procedentes de todos los sectores: industria petrolera, operadores energéticos, fabricantes de vehículos, etc., además, por supuesto, de importadores y distribuidores de lubricantes. Alrededor de 460 marcas representadas.
Junto a todos ellos SIGAUS da cumplimiento a sus obligaciones legales, además de mantener un contacto directo para proporcionarles asesoramiento y apoyarles con el fin de aplicar medidas de prevención y buenas prácticas. A través de sus Planes Empresariales de Prevención (PEP), SIGAUS les facilita la puesta en marcha de medidas específicas para prevenir la generación del residuo, reducir su peligrosidad y poner de relieve su compromiso medioambiental.
SIGAUS trabaja además con sus empresas adheridas en materia de representatividad ante las Administraciones públicas, así como en todo lo relacionado con la visibilidad y comunicación del compromiso ambiental adquirido. Y pone a disposición, tanto de fabricantes o importadores de aceites industriales, como de gestores de aceites usados, su Sistema de Información Tecnológico (SIT) para el control de las operaciones; una herramienta que les facilita la declaración de todos los movimientos que se realizan, desde la puesta en el mercado de los lubricantes hasta que el residuo se recoge, se traslada y se somete a su tratamiento, y que es legalmente obligatorio suministrar a las autoridades ambientales competentes.
Esta herramienta ofrece una completa información, y por tanto control, de la trazabilidad de todo el aceite usado generado en España y permite corroborar que los objetivos ecológicos exigidos se cumplen correctamente.
En el caso de los talleres, SIGAUS trabaja a través de su iniciativa ‘Taller Colaborador’, que reconoce el compromiso medioambiental de los talleres. Fue lanzada en 2010 con el fin de dar valor a la labor de los establecimientos de reparación del automóvil más comprometidos con el medio ambiente. Desde entonces, 2.100 talleres de automoción se han sumado gratuitamente a esta iniciativa que les reconoce el cumplimiento de la actual normativa de aceites industriales usados.
Los talleres inscritos en este Programa reciben gratuitamente una cartelería específica con el distintivo “Taller Colaborador SIGAUS” con la que pueden informar a sus clientes de que el suyo es un establecimiento comprometido con el medio ambiente y que participa en el reciclaje del aceite usado que se extrae de sus vehículos. Este material también es útil para explicar el porqué del canon SIGAUS (0,06 euros/kg) que se cobra a los automovilistas cuando adquieren nuevo aceite lubricante y que sirve para financiar las operaciones posteriores de gestión del residuo.
Además del material identificativo que deberán poner en algún lugar visible, los talleres reciben desde SIGAUS información de utilidad sobre el funcionamiento del sistema de recogida y tratamiento de los aceites usados, así como consejos sobre buenas prácticas en el manejo y entrega del residuo.

¿Cuáles son en su opinión los principales retos de SIGAUS en el medio plazo?
Tras cumplir una década con unos resultados de gestión que demuestran la importante labor desarrollada por SIGAUS y todos los agentes implicados en la cadena de gestión del residuo de aceite industrial, nuestro principal reto en el medio plazo es continuar en esta línea, dirigiendo todos nuestros esfuerzos hacia la protección del medio ambiente y, por tanto, al mantenimiento de un servicio de recogida universal que así lo garantice, financiando incluso las recogidas que resulten menos rentables logística y económicamente, con el objetivo de que el aceite industrial usado no sea un riesgo para el entorno y para las personas.
En definitiva, seguiremos dando cumplimiento a los objetivos ecológicos que establece la Ley, pero también aportando a la sociedad, empresas adheridas, gestores y Administración pública, toda la experiencia que hemos acumulado a lo largo de estos diez años con el fin aunar esfuerzos en la lucha por un medio ambiente protegido de este residuo peligroso, mejorando y adaptándonos a todos los cambios y nuevos retos que puedan surgir.

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