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ENGIE, líder global en energía baja en carbono y servicios, ha publicado el informe “La adopción de nuevas soluciones energéticas en sectores: Alimentario, Químico y Papelero”, un estudio que analiza las percepciones y expectativas sobre la descarbonización industrial a partir de la conversación digital en sectores con alta demanda energética.
El objetivo es comprender cómo evoluciona el debate público en torno a la transición energética y qué soluciones concentran mayor interés.
Esta segunda edición del informe permite realizar una comparativa interanual, identificando qué mensajes se consolidan, cuáles pierden relevancia y qué nuevos discursos emergen. El análisis también recoge cambios en los canales digitales, el tipo de publicaciones y otras variables que influyen en la configuración del debate sobre descarbonización industrial.
El estudio confirma que los medios digitales siguen siendo un canal clave para la difusión de contenidos relacionados con la reducción de emisiones de CO₂ y la transición energética. No obstante, el debate evoluciona de forma distinta según el sector. En el alimentario, las redes sociales ganan protagonismo, mientras que el papelero es el único en el que X se consolida como canal de referencia. Aunque predominan los mensajes de medios, instituciones y empresas, se observa una menor interacción de los usuarios y un tono más unidireccional en las conversaciones.
Para la elaboración del informe se ha utilizado una herramienta de social listening, que recopila menciones en redes sociales y medios digitales públicos relacionadas con energías renovables y soluciones energéticas en los tres sectores analizados, permitiendo identificar tendencias, volumen de conversación y nivel de madurez del debate.
La transición energética sigue marcando la agenda industrial, con un mayor foco en la descarbonización y la adopción de soluciones concretas para reducir emisiones. Aunque el volumen total de conversación disminuye, el informe constata una mayor madurez del debate, que deja atrás la discusión sobre la necesidad de actuar y se centra en cómo superar barreras prácticas para acelerar la sustitución de combustibles fósiles.
En el sector alimentario, la conversación se diversifica y abarca desde la consolidación de las energías renovables hasta el autoconsumo y la climatización. La biomasa se posiciona como la principal palanca para neutralizar emisiones, complementada por avances en energía solar y acuerdos PPA on site. La termosolar mantiene su presencia, vinculada casi exclusivamente al proyecto desarrollado por Heineken y ENGIE en Sevilla.
El sector químico adopta un discurso más técnico y estratégico, con un interés creciente en biogás y PPA on site, que ganan terreno frente a la energía solar. La biomasa mantiene un peso limitado, mientras que la conversación se orienta hacia soluciones que aseguren la recuperación de calor y la estabilidad de precios, con menor dispersión local y mayor enfoque innovador.
En el sector papelero, la biomasa se consolida como eje central del debate, pero crecen con fuerza las menciones a eficiencia energética, que se convierte en motor del volumen de conversación. Además, la energía fotovoltaica y los proyectos con biogás ganan visibilidad y generan un mayor nivel de interacción entre los públicos.
El informe identifica como principales barreras para la reducción de emisiones las infraestructuras insuficientes, la inestabilidad regulatoria, las altas inversiones necesarias, la presión de los costes energéticos y la disponibilidad tecnológica. A diferencia de la edición anterior, el debate deja de ser aspiracional y se traslada al terreno de la ejecución, con foco en soluciones concretas para superar estos obstáculos.
A partir de la conversación analizada, el estudio detecta oportunidades claras para los negocios. En los sectores alimentario y papelero, la consolidación del discurso sobre biomasa y valorización de subproductos —como estiércol, restos vegetales, papel o cartón— abre la puerta a liderar iniciativas de economía circular. En el sector químico, ganan protagonismo los proyectos de captura de CO₂, con un aumento de menciones que apunta al desarrollo de pilotos y alianzas público-privadas para avanzar en la descarbonización industrial.
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