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Los municipios españoles están a las puertas de la mayor transformación normativa en materia de saneamiento urbano en más de tres décadas.
La jornada, organizada por DAQUAS con el apoyo de FAMP, reunió a alcaldes, operadores y responsables técnicos en un momento clave de adaptación al nuevo marco europeo.
El acto fue inaugurado por Jesús Maza y José María Bellido, junto con responsables de EMASESA y EMASA.
Maza advirtió que “los plazos son ambiciosos y las obligaciones, muy superiores a las actuales; no podemos permitirnos retrasos”. Bellido destacó que la aplicación de la normativa “exige un esfuerzo conjunto para garantizar que incluso los municipios más pequeños puedan cumplir con un marco europeo mucho más exigente”.
La contextualización técnica corrió a cargo de Carmen Hernández, responsable de Asuntos Técnicos de DAQUAS, quien explicó que la Directiva amplía su ámbito a aglomeraciones de más de 1.000 habitantes-equivalentes y fija nuevos requisitos de tratamientos secundarios, terciarios y cuaternarios. Hernández señaló que “estamos ante un cambio estructural que obliga a revisar cómo se planifica, cómo se invierte y cómo se gestiona el saneamiento urbano”.
Un marco normativo que exige inversión y nuevas capacidades
Hernández detalló que la adaptación implicará más de 24.689 millones en inversiones, alertando de que “el verdadero reto no es solo tecnológico, sino financiero y de gobernanza”.
Estos desafíos centraron la primera mesa redonda, enfocada en gobernanza y pequeñas poblaciones.
Los participantes destacaron dificultades como redes envejecidas y falta de recursos técnicos, así como la importancia del principio “quien contamina, paga”.
La segunda mesa abordó los esfuerzos técnicos necesarios, con expertos en ingeniería e innovación de operadores andaluces. Coincidieron en que la modernización del alcantarillado y la implantación de los PIGSS requieren talento, tecnología y estabilidad regulatoria, situando la digitalización como eje del cambio.
Los expertos alertaron de que la Directiva obliga a acelerar la renovación de redes, algunas con más de 40 años, y advirtieron que sin una actualización de las tarifas del agua será difícil garantizar la sostenibilidad del sistema.
El encuentro concluyó con un mensaje unánime: la necesidad de anticipación y cooperación por parte de los municipios para adaptarse a un marco europeo más exigente pero más seguro.
DAQUAS reafirmó su compromiso con una gobernanza del agua sólida que permita afrontar los desafíos ambientales y climáticos de los próximos años.
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