Empresas Premium
En un contexto en el que Europa avanza hacia un modelo de economía circular, el papel de la valorización energética como complemento del reciclaje se vuelve cada vez más esencial.
Según cifras publicadas por AEVERSU, en España trataron en 2024 cerca de 2,6 millones de toneladas de residuos, convirtiéndolos en energía y evitando que acabaran en el vertedero.
Estas son las conclusiones publicadas por AEVERSU, la Asociación Española de Empresas de Valorización Energética, que representa a la totalidad de las plantas de valorización energética de España y Andorra. Con motivo de la Semana Europea de la Prevención de Residuos, la asociación ha difundido estos datos para poner en valor el papel esencial de la valorización energética en la gestión responsable de los residuos.
En concreto, a lo largo de 2024, las plantas asociadas a AEVERSU han valorizado un total de 2.594.988 toneladas de residuos, contribuyendo a reducir el uso de vertederos y a generar energía a partir de materiales que no pueden reciclarse.
Pese a los avances del sector, según los últimos datos de la Comisión Europea, España aún envía el 47% de los residuos a vertederos, situándose como responsable del 20% de todos los residuos que acaban en vertederos de la UE. Mientras tanto, solo un 11% de los residuos se valorizan energéticamente, porcentaje inferior al de países como Alemania, Austria, Países Bajos o Dinamarca, que alcanzan entre el 30% y 40%.
“El contraste con otros países demuestra que la clave no está solo en reciclar más, sino en aprovechar todas las herramientas disponibles para reducir el vertido. La valorización energética es decisiva en la transición hacia un modelo circular”, comenta Joaquín Pérez Viota, presidente de AEVERSU, quien añade: “Transformar los residuos en recursos no es solo tecnológico, sino un cambio de mentalidad. Sin una gestión responsable de los residuos no hay transición energética”.
Bajo el principio de las 3Rs (Reducir, Reutilizar y Reciclar), la valorización energética se posiciona como un cuarto pilar necesario en la transición hacia la economía circular, al dar una segunda vida a los residuos no reciclables y convertirlos en energía térmica y eléctrica aprovechable para hogares, industrias y servicios públicos. “No somos prevención, somos gestión”, subraya Joaquín Pérez. “Garantizamos que ningún residuo no reciclable acabe en el vertedero, contribuyendo a la descarbonización y a un modelo energético eficiente”.
La valorización energética permite evitar emisiones de gases de efecto invernadero derivadas de la descomposición de residuos en vertederos y reducir el consumo de combustibles fósiles, al sustituir parte de la energía generada por energía procedente de residuos municipales. AEVERSU recuerda que, para alcanzar los objetivos europeos de reducción del vertido y neutralidad climática, es necesario un enfoque integral que combine reducción, reutilización, reciclaje y valorización energética, garantizando que cada residuo siga el camino más sostenible posible según la jerarquía europea de residuos.
|