14 de septiembre, 2023
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Los expresidentes de la Generalitat de Catalunya, José Montilla y Artur Mas abogaron ayer por un “cambio de mentalidad” en la sociedad catalana a favor del sector industrial, porque, de lo contrario, Catalunya no será capaz de mantener la competitividad de sus industrias y toda su economía entrará en una fase de “decadencia inevitable”.

Durante su participación conjunta en una mesa redonda del Foro de Industria y Energía (FIE2023), que se celebra en DFactory Barcelona -el ecosistema de industria 4.0 impulsado por el Consorci de la Zona Franca de Barcelona-, ambos exdirigentes coincidieron en que cualquier política industrial debe tener como principal objetivo garantizar suministro energético a un precio competitivo para las empresas. En este contexto, Montilla recordó que en los próximos años, dado el calendario de cierre de las centrales nucleares, será imprescindible sustituir toda la potencia de los reactores instalados en Catalunya por energía de fuen-tes renovables, cuya implantación es todavía insuficiente. 

   Al respecto, el también exministro de Industria precisó que, por ejemplo, si bien las condi-ciones del territorio catalán para la energía eólica no son comparables a las de los países nórdicos, sí que hay “oportunidades” de desarrollo que “hay que aprovechar”. Del mismo modo, explicó que en el caso de la energía fotovoltaica, bastaría, según estudios, con ocupar el 2,5 por ciento del territorio, lo cual salvaguardaría todas las tierras de cultivo agrícola y los espacios naturales. “Se trata de tener energía disponible, si es cerca mejor, a un precio competitivo para las industrias y para la gente”, explicó.

   En esta posición abundó el vicepresidente de Foment de Treball, Joan Roget, quien actuó como moderador de la mesa redonda, que llevaba por título “Industria y energía en Catalunya: dónde estamos y adónde vamos”. Roget destacó los esfuerzos realizados por la industria química catalana para reducir la emisión de gases de efecto invernadero casi a la mitad, al tiempo que alertó de que la “clave” en la actualidad es la energía procedente de fuentes renovables porque “sin esta garantía no habrá plantas industriales en el futuro”. 

  Artur Mas fue explícito al subrayar que si bien Catalunya posee “todos los activos y atributos para ser un destino atractivo” de inversiones y proyectos industriales, como demuestra su “gran tradición” industrial de siglos, así como su mentalidad, capacidad innovadora y posición, no parece en cambio poseer “la voluntad” necesaria. 

  “Tengo la sensación de que una condición básica para atraer crecimiento económico y di-namismo no se acaba de cumplir, un país se tiene que declarar amigo de la actividad económica”, apostilló Mas, quien recordó que, durante su etapa como presidente, siempre defendió una Catalunya “business friendly”. Respecto a la implantación de las renovables, Artur Mas indicó que “Catalunya no ha hecho sus deberes tal y como se tendrían que haber hecho”.

  Por su parte, José Montilla agregó que para recibir inversiones industriales es preciso “ser competitivos”, para lo cual debe dar una serie de condiciones, tales como disponibilidad de capital, cualificación profesional, innovación e investigación, suministro energético a precios asequibles y también estabilidad política, un factor “importante” dado que se trata de proyectos a medio y largo plazo. Respecto al suministro concreto de energías limpias, lamentó que Catalunya esté “en la cola” de España “junto con la Comunidad Valenciana”-

  Respecto al caso específico de la energía nuclear, Artur Mas defendió mantener su presen-cia como “energía de reserva por si los planes no se cumplen o no llegamos a tiempo” para alcanzar los objetivos de renovables. En cambio, Montilla, quien dijo no ser “antinuclear”, sostuvo que no parece “viable a estas alturas revertir los términos de cierre de las centrales nucleares”. “Tenemos que jugar con nuestras cartas, tenemos sol y viento; tenemos que ser capaces de tener nuestro destino en nuestras manos”, apostilló. 

  Al margen del caso nuclear, los dos expresidentes coincidieron plenamente en exponer la necesidad de que Catalunya modifique su sensibilidad hacia la industria y la necesidad de suministro energético suficiente. “Los cambios de mentalidad son los más difíciles, porque las inercias pesan mucho”, apuntó Mas, quien advirtió de que en la actualidad “se imponen discursos y se imponen decisiones que en lugar de hacernos avanzar o bien nos estancan o bien nos tiran para atrás”. “Tenemos que corregir el rumbo, volver a equilibrar el péndulo de la mirada ideológica sobre la realidad del país”, sentenció. 

  En este punto, Montilla subrayó que “hay que hacer pedagogía, hay que decir las cosas no para complacer a la gente; a veces hay que decir a las personas lo que no quieren oír”. Para el expresidente y exministro no se debe “hacer creer a la sociedad que se puede continuar viviendo bien sin hacer determinados deberes” porque “las empresas igual que vienen se van” y en tal caso “la decadencia” será “inevitable”. 

Reindustrializar Catalunya

  Con anterioridad a la mesa redonda intervinieron el delegado especial del Estado en el Consorci de la Zona Franca de Barcelona, Pere Navarro; el conseller d’Empresa i Treball de la Generalitat, Roger Torrent; y el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, precedidos por una bienvenida del director del FIE, Albert Concepción.

  Pere Navarro se declaró “industrialista”, por concebir la industria como “base del creci-miento económico y de la creación de riqueza”. Navarro reivindicó el papel del Consorcio de la Zona Franca como “punta de lanza” en la innovación sobre nuevos modelos industriales y energéticos, como la industria 4.0, de la cual el propio edificio de la DFactory es un claro ejemplo.

  Por su parte, Collboni declaró al Ayuntamiento de Barcelona como “administración amiga de la industria”. El regidor insistió en que la capital catalana desea contar con más industria en su territorio, “fundamentalmente en la Zona Franca”, pero también en su “trama urbana”. Al respecto, abogó por desarrollar en Barcelona un nuevo modelo de “industria limpia y urbana” cuyo objetivo final sea “crear puestos de trabajo de calidad”.

  En su turno, el conseller Torrent expuso que la Generalitat “apuesta por la reindustrialización” de modo que se incremente sustancialmente el “peso de la industria” en el PIB catalán, no solo por sus beneficios en materia económica y de innovación, sino también en “desarrollo social” e “igualdad de oportunidades”, dado que el sector industrial “arrastra al resto de sectores a desarrollarse”. Al respecto, recordó la puesta en marcha desde la Generalitat del Plan Nacional por la Industria, en el cual “el vector energético es fundamental” en el marco del “trilema” compuesto por “suministro, precio y sostenibilidad”.  “El objetivo es incrementar la energía renovable como principio general”, agregó.

Objetivos europeos

   La primera sesión de la mañana se cerró con una mesa redonda sobre la estrategia europea para alcanzar la soberanía energética tras la pandemia y ante la guerra en Ucrania, en la cual participaron el jefe de la oposición en Catalunya, Salvador Illa; el miembro del gabinete de la comisaria de Energía de la UE Ruud Kempener; y el catedrático emérito de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universitat de Barcelona Mariano Marzo, bajo la moderación del analista político Daniel Bashandeh. 

  En su turno, Salvador Illa explicó que es imprescindible compaginar la lucha contra el cam-bio climático con “el mantenimiento de una base industrial” por cuestiones no solo geoes-tratégicas sino también “para reducir la desigualdad”, dado que el sector industrial “reparte prosperidad de forma mucho más ecuánime” en aquellos lugares donde está implantado.

  Respecto a los objetivos fijados por la Unión Europea para la implantación de las energías renovables, Illa precisó que “España va bien” en su grado de cumplimiento pero, en cambio, en Catalunya “hay todavía mucho camino por recorrer”. 

  En su turno, Ruud Kempener expuso que se está entrando en “la segunda fase del Green Deal europeo”, en la cual se concibe a la industria como “proveedor de soluciones” y durante la cual desde la Comisión Europea se pondrá en marcha un “paquete masivo” de energía eólico para abastecer al sector. 

  El catedrático Mariano Marzo fue particularmente crítico con la Unión Europea porque a día de hoy “en Europa no existe política energética”, al estar “subsumida en los que se conoce como transición ecológica”, lo cual a su juicio constituye un ”error”. 

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